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| Mochoqueque |
César Chumacero. Desde el día que nació, César solo conoce a plenitud la vida que transcurre en la carpa de un circo, entre tachos de luz y la alegría del público. A mucho orgullo, su nombre artístico de “Mochoqueque” se lo debe a un mercado chiclayano.
César tenía 20 años de edad cuando el ADN de narices rojas de su padre, el famoso payaso “Tony Rabanito”, afloró. Curiosamente, Augusto Chumacero Guerrero, su padre, nació en Huancabamba, la tierra piurana de los brujos pocas pulgas.
Fue “Tony Rabanito” quien bautizó a su hijo con el nombre artístico con que se ha perpetuado en los escenarios del norte del país: “Mochoqueque”. Desde entonces, son parte de su look de trabajo, el maquillaje blanco, las pelucas y los zapatos extra large.
Hace 57 años, que “Mochoqueque” nació en Bellavista, Callao, pero, dejando de lado las bromas, del primer puerto solo conoce la avenida Colonial, porque César toda su vida la ha pasado en la geografía del norte peruano, donde se come bien y el público respeta el trabajo del payaso.
Su padre, “Tony Rabanito”, se quedó prendado de “miss Yoli”, Yolanda Stefano Mendoza, trabajando en el circo de los Stefano, una familia húngara que había llegado al Perú durante la II Guerra Mundial para vivir de su arte.
Su padre, “Tony Rabanito”, se quedó prendado de “miss Yoli”, Yolanda Stefano Mendoza, trabajando en el circo de los Stefano, una familia húngara que había llegado al Perú durante la II Guerra Mundial para vivir de su arte.
Hace 57 años, que “Mochoqueque” nació en Bellavista, Callao, pero, dejando de lado las bromas, del primer puerto solo conoce la avenida Colonial, porque César toda su vida la ha pasado en la geografía del norte peruano, donde se come bien y el público respeta el trabajo del payaso.
Su padre, “Tony Rabanito”, se quedó prendado de “miss Yoli”, Yolanda Stefano Mendoza, trabajando en el circo de los Stefano, una familia húngara que había llegado al Perú durante la II Guerra Mundial para vivir de su arte.
Su padre, “Tony Rabanito”, se quedó prendado de “miss Yoli”, Yolanda Stefano Mendoza, trabajando en el circo de los Stefano, una familia húngara que había llegado al Perú durante la II Guerra Mundial para vivir de su arte.
Fuente:elperuano.pe







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